Tanto es así que aunque he movido muebles, hemos cambiado de mesas y seguro que también reorganizaré la clase a lo largo del curso, ese espacio no lo cambio por nada.
En este rincón los niños libremente se sientan y aunque sólo caben dos, muchos niños pasan por el en un sólo día.
Allí podemos escribir cartas, postales, hacer dibujos dedicados...
Los metemos en un sobre y al buzón que tenemos colgado en la puerta de clase.
Después el encargado del día reparte todo lo que haya en el buzón.
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