Porque o bien se nos han secado, que quizás fuera porque me olvidaba de ellas, o porque las regábamos demasiado.
La verdad no se muy bien que nos pasó que ninguna se salvó, ni las semillas que nos trajeron algunos niños a clase para plantar, ni la planta ya crecidita que nos trajo Julia sobrevivió...
No lo intentamos más veces, así que guardé las semillas para devolvéroslas a ver si tenéis más suerte en casa.
Pero plantar, plantamos muchas:
Lechugas de Adriana
Espinacas de Martina S.
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