Estas pizarras son geniales, por un lado puedo jugar a ser profe porque es pizarra negra para tiza y por otra puedo pegar letras. La idea de que escribieran el nombre ha surgido de ellos, porque a veces no juegan con ellas en la mesa donde se sientan, por lo que no tienen el nombre delante. Pablo es de la mesa naranja (por lo que tiene ya tiene mérito en sí mismo)
Pero creo que a raíz de que el encargado del día lo tenga que poner en la pizarra de verdad, les ha surgido esa posibilidad... y oye, yo encantada.
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